Una de las pocas mujeres reconocidas en el mundo del diseño del siglo XX.
Fue asistente del vanguardista Fahmy Agha a principios de los años 30, hecho destacable, ya que asentó sus cimientos como diseñadora editorial. Trabajó para él en revistas como Vanity Fair y Vogue. Ella contribuyó de manera significativa a la evolución de dichas revistas, ya que encargó ilustraciones a artistas del mundo de las bellas artes, hibridando de este modo ambos campos gráficos.
Hecho que trajo consigo ediciones muy rupturistas por el momento y la admisión en el Club de Directores Artísticos de Nueva York, siendo ella la primera mujer.
Posteriormente hizo carrera como Directora de Arte en varias revistas como Glamour, Seventeen, Charm y Mademoiselle.

 

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